Las pérdidas en la cadena de suministro y puntos de venta son conocidas como mermas e impactan considerablemente en la rentabilidad de la industria del retail. Son clasificadas en tres grupos según su origen: mercancías dañadas o caducadas, errores administrativos y robos por parte de visitantes o equipo interno. Las pérdidas que generan a nivel global están valuadas en más de 100,000 millones de dólares anualmente. Por tal motivo, los retailes y fabricantes requieren tecnologías, como la alarma antirrobo.
Las pérdidas por robo en la industria mexicana del retail
Planet Retail RNG creó un informe en el 2018, donde intervinieron más de 1,100 profesionales de la industria del retail de catorce mercados, entre ellos hubo mexicanos. En él se mencionó que la tasa de pérdidas para el sector en todo el mundo incrementa anualmente a un 1.8% de las ventas minoristas.
En nuestro país, las pérdidas en supermercados y tiendas especializadas por robo hormiga están valoradas en más de 13 mil millones de pesos anuales. En gran medida, esto se debe a los puntos ciegos, que aprovechan los ladrones de tiendas, además, según la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), puede causar impactos negativos del 15% del inventario de tiendas.
Por otra parte, la Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad señala que el robo de grupos de delincuentes (por ejemplo, los farderos) genera pérdidas aproximadas de 105 millones de dólares anualmente, y que aumenta hasta un 220% cuando inician las promociones, como el Buen Fin. Las categorías más afectadas por la falta de una alarma antirrobo, son bebidas, textiles, productos electrónicos (especialmente smartphones y Tabletas. Además, entre las marcas que más prefieren los ladrones, destacan LG, Apple, Samsung, Nike, Uniliver, Hershey’s y Nestlé.
Las pérdidas en sí no son el único problema, ya que derivan en inventarios fantasmas. Se trata de productos que el sistema de gestión tiene bajo la categoría “disponible”, no obstante, no están físicamente en las estanterías, lo que deja malas experiencias para el shopper al no satisfacer su compra planeada, además hace que muchos prefieran comprar por internet.
Reconocer la causa de las mermas permite tomar acciones directas, conseguir resultados de manera rápida y minimizar y controlar sus impactos de forma considerable, por tal motivo, es crucial contar con información de forma ágil, oportuna y confiable. Afortunadamente, hay distintas tecnologías para evitarlas y mejorar el rendimiento de las empresas, como la alarma antirrobo.
Tecnología EAS para minimizar los robos en el sector
El sistema antihurto EAS es la mejor opción para la seguridad de empresas del sector. Permite identificar si alguien pretende llevarse un producto sin pagar. Al incorporarse la tecnología a las mercancías, reproduce un sonido cuando se pasa por la zona de caja sin usar un desactivador. Comúnmente, integra unos imanes, aunque hay muchos tipos actuales que funcionan de la misma forma.
Requiere etiquetas antirrobo, que son adheridas en los productos y desactivadas en el punto de venta para que no se active la alarma. No todas son similares y cada tipo presenta ventajas específicas. Por ejemplo, las etiquetas rígidas suelen retirarse con removedor diseñado especialmente para ellas, además, pueden reutilizarse. Por otra parte, las etiquetas adhesivas se desactivan cuando pasan por el desactivador.
Pueden encontrarse también sistemas basados en una pinza o caja de plástico que se encierran o enganchan al artículo e integran un radioemisor pequeño y oculto, conformado por una bobina de filamentos de cobre y otros componentes electrónicos. Al ser atravesado el campo magnético del detector ubicado en la salida de la tienda por el protector, se genera una corriente eléctrica desde una espira, que alimenta los componentes electrónicos para generar una señal de radio que capta el receptor para activar la alarma.
Otro tipo consiste en una etiqueta magnética adherida a los productos, cuyo funcionamiento se basa en detectar la perturbación de un campo magnético. La etiqueta tiene una bobina muy pequeña que produce un campo magnético local cuando pasa en la zona del campo magnético de las antenas antirrobo, que consisten en dos arcos de metal ubicados en la salida. La zona magnética es producida por la corriente eléctrica que circula en la bobina. En caso de no desactivarse la etiqueta, se genera una alteración del campo que dispara la alarma.
Existen también etiquetas con cápsulas de tinta, que dañan los productos si los ladrones intentan quitarlas de manera forzosa. En el caso del etiquetado de origen, integran una etiqueta durante el proceso de fabricación, lo vuelve cómoda la implementación de este sistema.
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