En los negocios dedicados a la comercialización de prendas de vestir, la implementación de sistemas de protección contra la pérdida de inventario a causa de robos es una necesidad fundamental. En la actualidad existen diferentes tipos de sistemas de protección antirrobo, pero en términos generales se basan en la colocación de sensores para ropa en las salidas del establecimiento que, conectados a alarmas antirrobos, activan la sirena de alerta cuando detectan el paso de etiquetas o broches de seguridad magnéticos que no han sido desactivados en el área de cajas.
Gracias a las innovaciones tecnológicas que presentan, tanto los sensores como los elementos magnéticos, utilizados para identificar la mercancía, estos sistemas de protección contra pérdidas es bastante eficiente y las probabilidades de que cometan errores son prácticamente nulas, razón por la que su implementación contribuye efectivamente a reducir los robos externos e internos. Sin embargo, para que funcionen correctamente y resulten en una solución adecuada para un entorno específico, es necesario que se elijan cuidadosamente los elementos para identificación de la mercancía, que en el sector de moda, se trata de broches o etiquetas, según las características de las prendas que se comercializan y el tipo de vigilancia del que se dispone en el establecimiento.
Para las tiendas de pequeño y mediano tamaño, donde es mucho más sencillo monitorear la actividad de los visitantes, las etiquetas pueden ser la mejor alternativa, lo mismo ocurre con aquellos comercios en los que se venden prendas de tamaño pequeño, pues las etiquetas se pueden colocar sin ningún en los productos. Como ya mencionamos, estos elementos de identificación al ser integrados al sistema de protección, activan las sirenas de alarma al pasar por los sensores si no han sido bloqueados con ayuda de un equipo especial, son magnéticos, y para que conozcas más acerca de su funcionamiento a continuación te explicaremos cómo opera el sistema de activación, detección, desactivación y reactivación de las etiquetas.
Las etiquetas para ropa que todos conocemos funcionan por un principio magneto-acústico así como por la propiedad física de magnetostricción. Para hacer posible tal funcionamiento estas etiquetas se componen de cinco capas diferentes. La capa superficial no es más que la de plástico recubriente que protege el sistema de la etiqueta. La siguiente capa, ubicada al interior de la etiqueta, se compone por dos tiras de las mismas dimensiones fabricadas con una aleación especial. Estas tiras funcionan como resonadores. La tercera capa es una cubierta plástica que sirve como separador entre los resonadores, y la cuarta capa es la que se compone de un material ferromagnético. Este material, al ser imantado, altera el campo magnético que rodea al par de tiras de material con aleación especial. La última capa de la etiqueta corresponde al pegamento utilizado para adherirla a la superficie donde se desee colocarla.
Cuando la placa ferromagnética de la etiqueta -ubicada en la cuarta capa- es imantada, la propiedad de magnetostricción de las dos tiras de aleación que se encuentran en la segunda capa de la etiqueta se activa. Esta propiedad consiste en el cambio de dimensión de un material cuando se encuentra sometido a un campo magnético alterno. Es decir, estas tiras se encogen y se estiran, lo que da como resultado una vibración que produce sonido, de manera similar a lo que ocurre con las cuerdas de la guitarra. Por tanto, la manera de activar una etiqueta consiste precisamente en aplicarle un campo magnético de una frecuencia específica para que produzca la vibración de las placas resonadoras. Al momento de apagar el campo electromagnético, las etiquetas imantadas producen un eco, y es el impulso generado por el eco el que indica la cercanía de una etiqueta imantada, es decir, activada.
Cuando la etiqueta activa pasa por la máquina encargada de su desactivación, usualmente integrada en los lectores de códigos de barras en una antena especial, se desmagnetiza la capa polarizadora que se encuentra en el interior de la etiqueta. Esto se hace a través de la aplicación de un pulso magnético de baja frecuencia, de modo que la próxima vez que se pase por el sensor ya no emitirá ningún eco. Ahora bien, a la salida del negocio o del área restringida, se colocan barreras integradas a un arco con una antena transmisora, que continuamente emiten pulsos magnéticos. Estos arcos integran también una antena receptora, que es la encargada de escuchar estos pulsos. Cuando pasa una etiqueta desactivada a través de la barrera, no se produce ningún sonido, pero si la etiqueta no fue desactivada, al pasar por la barrera absorbe la energía del campo magnético y emite un eco que es captado por la antena receptora, la que se encarga de activar de inmediato la sirena de alarma.
Una de las ventajas de las etiquetas es que pueden reutilizarse después de desactivarse y su modo de reactivación es bastante sencillo, sólo es necesario volver a imantarlas para que vuelva a generar la vibración de los resonadores y generen un eco cada vez que se les aplique una frecuencia magnética.
El uso de sensores para ropa en sistemas antirrobos es una opción muy popular y ampliamente utilizada en comercios de todo tipo, pues se caracterizan por su bajo costo y su fácil uso. Tanto la inversión como la instalación y el mantenimiento de este sistema de protección es muy accesible, además de ser bastante práctico, pues tan sólo es necesario pegar las etiquetas que ya vienen imantadas de fábrica y configurar las barreras con los sensores para que activen la alarma al paso de una etiqueta que no fue desactivada previamente. Este sistema es, además un método muy discreto que puede pasar desapercibido para los ladrones que, al no percatarse de su presencia, ni siquiera intentan desprender la etiqueta o desactivarla y pueden ser capturados por el personal de seguridad cuando intentan abandonar el establecimiento con el artículo etiquetado.
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